miércoles, 13 de marzo de 2013

El Etnógrafo. Un documental de Ulises Rosell


Un documental en el que el director Ulises Rosell centra su mirada en un antropólogo inglés radicado en la provincia de Salta, que pasó gran parte de su vida estudiando la cultura de los indios Wichi y ahora los ayuda a enfrentar sus problemas cotidianos, especialmente la ocupación ilegal de sus tierras.
Filme de gran contenido humano, cultural y hasta político --que pasó por el último Bafici --, "El etnógrafo" sigue los pasos de un hombre apasionado por la cultura de los indios wichis: un antropólogo inglés que llegó muy joven a la provincia de Salta para estudiar esas comunidades indígenas, y terminó casándose y teniendo cuatro niños con una de ellos.
El protagonista vive y se siente como uno más entre todos los integrantes de la comunidad Wichi, con la salvedad de que él -por sus estudios y conocimientos jurídicos- es el único capaz de enfrentase a los problemas que surgen debido a las profundas diferencias culturales con los criollos de la zona, sobre todo en su forma de entender la vida y su relación con la naturaleza.
Son profundas las diferencias de cosmovisión entre una cultura que considera que una niña se transforma en mujer con su primera menstruación, y que por eso ya está en edad de casarse y convertirse en madre, y las leyes criollas, que castigan con pena de entre 8 y 20 años de cárcel a aquel que tenga relaciones sexuales con una niña.
Son profundas también las diferencias entre hombres que respetan el medio ambiente y a todo lo que los rodea, porque saben que allí tienen todo lo que necesitan, y otros que no piensan en lo más mínimo en la naturaleza y llegan allí con la única intención de adueñarse de sus tierras, talar sus árboles y saquear su petróleo.
Rosell y su cámara pasan casi inadvertidos -tanto como en "Bonanza", donde retrató a otro estilo de familia- para captar con todo detalle la vida real del protagonista, cuando conversa con su mujer y habla en inglés con sus hijos, cuando investiga y denuncia los casos de usurpación de tierras de la comunidad, o cuando trabaja en la defensa de un pariente suyo wichi, que está preso por dejar embarazada a su esposa, una niña de 9 años.
A través de la historia de este pequeño "héroe" cotidiano, el director logra sensibilizar sutilmente al espectador al poner en evidencia el continuo avasallamiento de los derechos humanos, políticos y culturales de estas comunidades, que lo único que buscan es conservar sus tierras, sus tradiciones y su identidad.


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